Hola, Merakis, comenzaré presentándome. Mi nombre es Ana María y profesionalmente me dedico a recepcionar una clínica dental con una filosofía de trabajo muy diferente al resto, lo cual me encanta.
Personalmente soy mamá de mellizos, Naima y Emilio, que recientemente han cumplido 3 años. A priori puedo parecer una mamá como el resto pero no lo soy. No hablo de ser ni mejor ni peor si no diferente, y el motivo es que mis enanos son TEA (para quien no sepa que significa, son niños dentro del espectro autista).
Voy a empezar contando como fue recibir el diagnóstico de mis hijos, porque el diagnóstico, aunque sea el de ellos, lo vives y lo sientes tuyo. Lo primero que sentí fue miedo, un miedo tan abrumador que me paralizó, me inundó la cabeza de pensamientos locos y negativos. Lo peor para mí fue dejar de ver a Naima y a Emilio como eran, dos pequeños sanos y felices que estaban conociendo el mundo a su manera.
Cuando vas a a ser madre tienes planeado tu propio viaje hacía la maternidad, como cuando planeas irte de vacaciones a París, te compras la guía turística, anotas los museos que quieres visitar, los restaurantes a los quieres ir a comer, los rincones más hermosos que visitar.... Por fin llega el día y coges un avión destino París, y cuando has aterrizado, la azafata te grita por megafonía: "Bienvenida a Moscú... y tú: "¿cómo? ¿Moscú?... No, no, yo iba a París", pero ahí estás, en una ciudad de la cual no tienes ninguna información, nada... No conoces el idioma, no sabes por dónde moverte y piensas todo el rato que tú donde deberías estar es en París. Y así pasa, que te pierdes lo bonito de la ciudad donde aterrizaste. Y eso si que no, los viajes son para disfrutarlos, para descubrir, para aprender y sobre todo para vivirlos y crear recuerdos inolvidables.
En mi caso tardé poco tiempo en asumir el diagnóstico de mis hijos por dos motivos. El primero es que un diagnóstico no es un pronóstico, y el segundo porque solo tenía que mirarlos para darme cuenta que eran ellos, mis hijos, los mismos de siempre.
Hemos aprendido mucho sobre el TEA desde entonces, pero sobre todo ellos me han enseñado lo maravilloso que es ver diferente, comunicarse de forma diferente y sentir de forma diferente, y que "diferente" no es malo ni peor, y que mi viaje hacía la maternidad seguro que es muy distinto al que pensé pero este es mi viaje, y junto a Javier, mi marido y mejor amigo, vamos a hacer que sea inolvidable.
Firmado,
Ana María Ruano.
Recepcionista.
Mamá Azul.
![](https://static.wixstatic.com/media/857962_fd9af0dbd8834be4bdc5f10f774651ad~mv2.jpg/v1/fill/w_980,h_1205,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/857962_fd9af0dbd8834be4bdc5f10f774651ad~mv2.jpg)
En la imagen: Naima y Emilio jugando.
Instagram: @anamarirr
Sencillamente: WOW. “Ser diferente no es malo ni peor“, solo no es lo mismo. Qué maravilla cuando la vida nos pone retos y los abrazamos. Espectacular 💪🏽✨
Gracias por compartir tu experiencia. Cómo madre de 3 conozco los intensos sentimientos q experimentamos desde q concebimos una nueva vida. No hay ni mayor felicidad ni mayor tristeza q la q vivimos por ellos...compensa siempre. Ánimo!
Gracias 🙏 Me encantó la analogía de querer ir a Paris y aterrizar en Moscú. me pasó con mi hijo mayor, Simón… hoy de 14 años. Se le diagnosticó Síndrome de Asperger y es toda una aventura que cambia tu vida Y te enseña a vivirla.